Juan Bautista Luis y Pérez

Fue un gran impulsor del catolicismo social, como su amigo el canónigo asturiano Maximiliano Arboleya.

En la última década del siglo XIX estudia en Roma, donde traba amistad con el asturiano Maximiliano Arboleya que se convertirá en una de las figuras más destacadas del catolicismo social en España.

Con él comparte la ilusión de trabajar en el campo social, pero en la diócesis se había trabajado tan poco y tan mal en este campo y encontró tantas resistencias que finalmente tuvo que desistir de su proyecto, minado además por la enfermedad.

[1]​ Nada más tomar posesión de su cargo Maximiliano Arboleya le había escrito una carta en la que le describía la difícil situación con la que iba a enfrentarse:[2]​

Todos están asociados a los Sindicatos revolucionarios y gracias a ellos han obtenido importantísimas, trascendentales mejoras, y por eso les están agradecidos.