Juan Antonio Melón

Se doctoró en Salamanca y fue vicerrector del Seminario Conciliar de esa diócesis.

Ambos asistieron a la tertulia del helenista padre escolapio Pedro Estala en su celda.

En un principio su principal responsable fue él, pero a partir de 1805 se responsabilizaron del Semanario los profesores del Real Jardín Botánico: Francisco Antonio Zea, Claudio y Esteban Boutelou y Simón de Rojas Clemente.

A la muerte de Moratín en 1828, redactó su autobiografía, titulada Desordenadas y mal digeridas apuntaciones, que fue editada en 1868 por Ribadeneyra, con el cometido de documentar su amistad con el difunto para una biografía del mismo que pensaba escribir Manuel Silvela.

En su testamento dejó una manda para establecer una escuela primaria en su pueblo, Mogarraz.