Estudiosa de las artes y los procedimientos artísticos, en 1982, decidió dedicarse a la cerámica, disciplina que había practicado durante sus estudios de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.
Pero su obra emblemática y más completa es el diseño y la realización de toda la cerámica existente en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, obtenida mediante concurso, en el que compitió con renombrados ceramistas españoles y extranjeros.
El Ayuntamiento de su ciudad los ha entregado como signo de distinción entre otros a Paloma San Basilio, Javier Alonso Osborne, Tomás Terry, los empresarios taurinos Canorea y Barrilaro y el poeta Rafael Alberti.
Su forma de trabajo es totalmente artesanal y los pigmentos que utiliza son únicamente óxidos naturales.
El grabado, las grecas y colofones de la imprenta antigua, o los códices miniados son también, a veces, motivos de inspiración para sus creaciones.