En el año de 1909, participaría en la famosa revuelta estudiantil de la Universidad de San Antonio Abad, que transformó las aulas universitarias y a la misma sociedad cusqueña de la época, tuvo por compañeros en esos años a Luis E. Valcárcel, Humberto Luna, Félix Cosío Medina, Miguel Corazao, Francisco Tamayo Pacheco, José Mendizábal Mendivil, Rafael Aguilar Páez, José Gabriel Cosío Medina, Roberto Garmendia, José Ángel Escalante, entre otros.
[1] De esta revuelta estudiantil, Julio Gutiérrez Samanez, miembro del Instituto Americano de Arte, institución que fue fundada en 1937 por José Uriel García, señala: En 1911, luego de que la universidad finalmente se reabriera bajo la administración del norteamericano Albert Giesecke, José Uriel García va a dedicarse al estudio de las manifestaciones artísticas inkas, escribiendo para su graduación la tesis “El Arte Inkaiko en el Qosqo”, logrando con esto el primer trabajo serio sobre la arquitectura incaica en el Cusco y el Perú.
(Ese mismo año, 1911, llegaría a la ciudad del Cusco Hiram Binghan, “descubridor científico” de Machupicchu, que llegaría a publicar dos años después un reporte de su viaje en la revista National Geographic).
Años más tarde y bajo este discurso, Uriel García se dedicara a estudiar la realidad que lo circundaba, animando la vida intelectual del Cusco de esa época.
[7] Otro hecho importante es que más allá de su labor intelectual sobre la cultura cusqueña y andina, desarrollara diversas inquietudes políticas, que lo llevaran a representar al Cusco en dos periodos legislativos, circunstancia que lo llevaría a vivir en Lima, para posteriormente desarrollar algunas cátedras en la Universidad Mayor de San Marcos y morir finalmente en la capital en el año de 1964.