José Marcelo Contreras y Muñoz

Tuvo que dedicarse, por la modesta fortuna de su padre, a la carrera del comercio cuando sólo contaba doce años de edad; pero se desarrolló en él afición al dibujo y pronto hubo de abandonar su primera ocupación, ingresando en el estudio del pintor Francisco Enríquez, y en la Academia de Nobles Artes de la referida ciudad, donde a la edad de dieciséis años había cursado ya todas las clases de aquel establecimiento y recibido un premio extraordinario por su Junta protectora y un título jamás adjudicado por aquella corporación, consistente en el nombramiento de teniente-director honorario, con destino a corregir en las clases donde acababa de salir de alumno.

En 1854 se vio obligado a volver a Andalucía, fijando su residencia en Córdoba, donde fue nombrado al poco tiempo por el Gobierno director de aquel Museo provincial, y desempeñó el encargo de ejecutar de orden superior los Catálogos del mismo y de otros objetos artísticos de la provincia, y después de permanecer dos años en la referida ciudad, pasó a Granada a ratificar su matrimonio con Francisca Vilches, regresando después a Córdoba de nuevo, en donde empezó a emplear los elementos artísticos adquiridos en Madrid en obras encomendadas por los aficionados marqués de Cabriñana y duque de Almodóvar.

Este cuadro fue adquirido por el Gobierno y colocado en una de las galerías del Museo Nacional.

[1]​ Con este triunfo se elevó su prestigio en Valencia, donde le empezaron a encargar obras considerables, tales como las que le encomendó el marqués de Dos Aguas, en cuyas habitaciones pintó una personificación de la Aurora; pero en esta época (1865) tuvo la desgracia de perder a su joven esposa, y agobiado de pena huyó de aquella ciudad con sus hijos, abandonando la cátedra y sus obras (que encomendó a otro pintor de Madrid).

[1]​ Era hermano de Rafael Contreras y Muñoz.

La Virgen, San Juan y la Magdalena