José María Corbín Ferrer

Se destacó en esos años por su devoción cristiana a la Virgen María, así como por su caridad.

Fue miembro de la Juventud Católica y la Congregación Mariana.

[2]​ Pertenecía asimismo a la Comunión Tradicionalista de Valencia.

Fue detenido el 28 de agosto de 1936, donde pasó 15 días detenido en la checa instalada en el Ayuntamiento Santander y posteriormente confinado y encarcelado en el barco prisión Alfonso Pérez, donde sirvió como enfermero ayudando a los heridos, dirigía el rosario diario, haciendo pensar a algunos que era sacerdote.

Estuvo cautivo unos meses, se confesó presintiendo su muerte y fue fusilado el 27 de diciembre de 1936,[6]​por no querer renunciar a su fe, derramando así su sangre por Cristo diciendo como últimas palabras “¡Por Dios y por España!