Allí entra en contacto (en 1938) con José García Nieto, que le introduce en el cultivo de la poesía.
Su primera obra poética, Testigo de excepción, se publicó en 1953, continuando con Oratorio del Guadarrama (1956) y Respuestas a Carmen (1958).
Su carrera militar le llevó a distintos destinos hasta establecerse en Gijón entre 1958 y 1964.
Francisco Umbral le hace este retrato literario en La noche que llegué al Café Gijón (1977):
Entre los críticos literarios de su obra estuvieron Melchor Fernández Almagro y Guillermo Díaz-Plaja.