José Laínez
Enfrentado a los canónigos, prefirió residir un tiempo en Baza, pero permaneció en el cargo hasta su muerte, en 1667, y fue sepultado en su catedral de Guadix, que había contribuido a restaurar.[3] Serán estos últimos los temas que le ocupen en la obra que más fama le daría, a pesar de algunos plagios: El privado cristiano deducido de la vidas de José y Daniel, que fueron balanza de los validos, impresa en Madrid en 1641, donde tomando como modelo las figuras bíblicas de José y Daniel justificaba la figura del valido.[5] Por su adicción al conde-duque de Olivares había incluso tropezado en torno a 1631 con la Inquisición, que recogió un panegírico escrito en latín que había dedicado al valido, del que ningún ejemplar se ha conservado y del que únicamente se tiene noticia por el escrito que él mismo publicó en su defensa, contando con el parecer favorable de fray Hortensio Félix Paravicino: Apología o defensa del Padre fray Joseph Laynez de la Orden de S. Agustín del Panegírico que compuso al excelentísimo señor Conde Duque (Pamplona, 1631).[6] Con una técnica semejante —modelos bíblicos para extraer conclusiones políticas— e insistiendo en la defensa del valimiento aun tras la caída de Olivares, en 1644 publicó El Daniel cortesano de Babilonia (...) Privado de siete monarcas, caldeos, persas y medos, glosando las obras de los tratadistas anteriores sobre las cuestiones propias de la política cristiana, el valimiento y la guerra, y en 1653 El Josué esclarecido caudillo, vencedor de reyes y gentes, con un criterio más pragmático.[7] Algunos de los sermones que predicó ante el rey los recogió en Sermones varios que predicados en diferentes ocasiones escribía a D. Felipe IV el piadoso, Madrid, 1645.