Comandaba cuatro compañías con más de cuatrocientos cincuenta hombres dirigidas por Salvador Alberdi, Manuel Pérez Padilla, Venancio Laguna, Diego Aráoz y el mismo Garmendia.
Allí fue diputado provincial y adhirió a la política del ministro Bernardino Rivadavia.
Regresó al país en 1824 y fue nombrado diputado por Tucumán al Congreso Nacional, en el que presidió la comisión de inmigraciones y la de crédito público.
El gobernador Juan Manuel de Rosas lo nombró director del Banco Nacional, cargo que ocupó hasta que éste fue disuelto en 1836 por el mismo Rosas.
Su hijo, el coronel José Ignacio Garmendia publicó años más tarde sus notas autobiográficas con el nombre de "Rivadavia y su Tiempo".