Eugenio Díaz Castro

Sin embargo, debido a una afección al pecho y a las secuelas de un accidente sufrido al caer de un caballo; cuando iba a visitar a su familia, Díaz Castro tuvo que retirarse del colegio y continuar sus lecturas y estudios por su cuenta, en la hacienda Puerta Grande, propiedad de sus padres.

Para subsistir, se dedicó a las labores del campo, algunas veces como propietario y en otras, como mayordomo en tierras calientes y frías de Colombia y en 1848 dirigió un negocio de prensas de tabaco en Ambalema.

[6]​ En ese mismo año empezó a publicar artículos en la revista Biblioteca de Señoritas.

No obstante, al mismo tiempo don Eugenio fue criticado por sus contemporáneos debido a sus «descuidos idiomáticos», la «falta de pulcritud de su estilo», su «lenguaje incorrecto», «su estilo vulgar y desaliñado», y su «filosofía barata».

Por eso El Mosaico El nombre del escritor quedó inmortalizado en una institución educativa y en una avenida ubicadas en el municipio de Soacha, población en la que nació.