Realizó estudios musicales tocando el piano desde los cinco años de edad.
Vuelve a Portugal en 1971 para trabajar en Lisboa como arreglista y productor musical.
En noviembre de 2008 tuvo un infarto que le dejó en estado vegetativo hasta su muerte, en 2009.
Grandes eurovisivos y músicos portugueses como Carlos do Carmo o Fernando Tordo han destacado su labor como arreglista durante tantos años, así como el mismo presidente de la República portuguesa.
A su fallecimiento dejó viuda a Josefa Calvário y dos hijos, uno de ellos todavía menor, y una hija de su primer matrimonio.