Su primera obra monumental conocida se realizó y colocó en la ciudad de Puebla, en México.
La escultura está cubierta en talavera coloreada en tonos azules, sobre una cama de piedra blanca.
Participó en bienales en Puerto Rico, Francia, México y Perú; en este último país como artista invitado.
También ha sido adquirida para colecciones privadas en México, Bolivia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, España, Francia, Holanda y Japón.
[4] Su obra ha recibido comentarios de Jorge Zabala, Luis Rius Caso, Jorge Mancilla, Juan Acha, Héctor Azar, Roberto Valcárcel, Pedro Angel Palou, Montserrat Galí, Juan Antonio Montiel, Carlos Monsiváis y Mark Jenkins- The Washington Post, Alberto Salamanca Prado, entre otros.