En las actas de la Junta Sanitaria, se inscribe su nombre al actuar “sin descanso” en la lucha contra la fiebre palúdica que azotó a Maracay en 1804.
Poco tiempo después, en 1807, fue nombrado catedrático de Medicina y Cirugía en la universidad.
[1] En el Congreso, Álamo legisló un proyecto contra tortura y vejámenes, siendo la primera Ley Suramericana, que se adelantó a la materia.
En esto radica lo avanzado de su pensamiento en Ciencias Políticas.
Con la que tuvo dos hijos, Liboria y Rosalía Álamo Conde.