A pesar de haberse formado como jurista, también desarrolló actividades como periodista, escritor, docente e incluso, como diplomático.
Es posible que la inquietud política la haya heredado de su padre Domingo Turner.
Esta huelga, fracasada en la apariencia, abrió el camino para los movimientos juveniles que lograron más tarde la autonomía universitaria.
Sin embargo, son tres las naciones que, a su juicio, tienen mayor relación con sus sentimientos más profundos: Panamá, México y Cuba.
En México hizo estudios universitarios (medalla Gabino Barreda) y en reciprocidad se ha dedicado a la docencia en la UNAM durante 30 años.
En el enclave colonial no se reconocía la licencia panameña para conducir automóviles y para adentrarse manejando por el sitio, había que tener una licencia expedida por las autoridades norteamericanas.
En 1961, asistió en México, encabezando la delegación panameña, a la Primera Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, presidida por el general Lázaro Cárdenas.
El hecho dio lugar a la ruptura de relaciones con Estados Unidos.
En 1968 los militares Omar Torrijos y Boris Martínez jefaturaron un golpe de Estado en Panamá contra el presidente Arnulfo Arias.
En 1974 recibió una urna de Suecia con las cenizas de su amigo Leopoldo Aragón, quien se había inmolado en aquel país, como los bonzos, para protestar por la firma de los tratados Torrijos-Carter, que aunque suponían la devolución del Canal a Panamá, implicaban la permanencia panameña bajo el paraguas defensivo del Pentágono, como admitió el propio Omar Torrijos.
En una conferencia de prensa, Torrijos declara que los desterrados en México son personas “honorables y patriotas”.
Los desterrados regresaron a su país, pero Jorge Turner se quedó en México ante la expectativa de obtener una cátedra en la UNAM.
Sin abandonar sus clases en la Universidad, cumple con el encargo de ser embajador (1988-1990).
La designación ocurre por una llamada telefónica que le hizo el Presidente de la República, Manuel Solís Palma, pidiéndole que le aceptara el nombramiento ante las circunstancias de emergencia.
Le parece satisfactorio formar jóvenes que puedan poner sus conocimientos al servicio de la sociedad.
Pero también piensa que se enseña aprendiendo y que la universidad le ha dado a él una comprensión teórica más completa para sustentar sus ideas sobre la liberación de Panamá y la necesidad de alcanzar la integración latinoamericana.
Tiene en preparación lo que Jorge Turner considera su obra más importante: “Repertorio de temas para interpretar la realidad latinoamericana”.
Las mías, en cambio, son huellas en la arena que borra el agua marina del tiempo.