Ingresó a la Escuela Naval Militar en 1950, luego de haber terminado sus estudios secundarios.
En su trayectoria por la Marina de Guerra, prestó sus servicios en diversos destinos y unidades: fue comandante del buque oceanográfico ARA Austral, del destructor ARA Piedrabuena y del portaaviones ARA Veinticinco de Mayo, fue también Agregado Naval a la Embajada Argentina en los Estados Unidos y Jefe de la Misión Argentina en ese país.
En esa situación Jorge Ferrer se refirió las «profundas convicciones que deseaban fueran guía de su tarea, y en tal sentido dijo que la Armada debe ejercer enérgicamente el poder naval integral de la Nación y propulsar los intereses marítimos argentinos en todos los campos».
El almirante Jorge Osvaldo Ferrer acató dicha determinación oficial diciendo: «Las Fuerzas Armadas cumplen con los códigos y las leyes vigentes.
Según dijo entonces el magistrado, el almirante Ferrer, ya retirado, «fue reticente en su declaración como testigo, cuando estaba obligado a decir la verdad».