Heredó una gran fortuna, la cual incrementó considerablemente a través de muy exitosas actividades comerciales e inmobiliarias.
Junto a Miguel Gálvez Ceballos es elegido como procurador general del cabildo para el año 1758.
Al recién elegido Marqués se le exigió el pago de impuestos para confirmar su nombramiento, exigencia a la cual se opuso, pues consideraba que el título era un reconocimiento del monarca a sus méritos y servicios, y no debía estar condicionado al pago de compensación alguna.
En 1784 se pelea nuevamente con José Groot de Vargas quien lo demanda por perjuicios a sus intereses.
Entre sus yernos y nietos se encuentran personalidades célebres de la época como: Antonio Ricaurte (nieto), Manuel de Bernardo Álvarez del Casal (yerno), José María Vergara y Lozano (nieto), Eustaquio Galavís y Hurtado, alcalde de Santa Fe, etc.