Nacido en una familia judía proletaria,[1] John Murra vivió sus años de primera juventud en Rumania.
Allí, motivado por un ambiente con estímulo a las vocaciones literarias, obtuvo trabajo como cronista deportivo de un diario local con solo quince años.
Murra perteneció a las juventudes de la Social Democracia, por lo que fue expulsado del liceo donde estudiaba cuando cursaba el último año.
Según este prólogo al libro en su homenaje, tuvo restricciones del gobierno norteamericano para viajar al Perú, pero cuando lo hacía se acercó a fuentes antes no accesibles en su investigación, como las "visitas", con las cuales construye su modelo de "control vertical" o de archipiélagos.
Para esto contó con ayuda de su psicoanalista, Saúl Newton, que financió la traducción.