John Franklin Enders

[6]​ En este año[3]​[5]​ o en 1918[4]​ Enders se alistó en el ejército como reservista y aprendió a pilotar aviones.

Enders frecuentemente iba al laboratorio con él para verle trabajar y quedó fascinado con sus estudios, la microbiología.

Enders permaneció viudo hasta que se volvió a casar, con Carolyn Keane, en 1951 y tuvo un hijastro.

La virología ahora podía adelantar mucho más rápidamente que antes, ya que la mayoría de los virólogos ya no necesitaban cultivar o estudiar sus virus solamente en animales vivos.»[8]​ Durante la Segunda Guerra Mundial Enders fue un asesor civil sobre enfermedades epidémicas para el secretario de Guerra.

Esto hizo posible que Jonas Salk y Albert Sabin pudieran cultivar suficientes cantidades de poliovirus como para poder crear sus vacunas contra la poliomielitis.

[7]​ John Enders, Milan Milanovic, Anna Mitus, Samuel Katz y Donald Medearis desarrollan una vacuna contra el sarampión.

[3]​ Las primeras personas que recibieron la vacuna para probarla en humanos eran, como escribió con lo que hoy parecería serena indiferencia un periodista de la New York Times, 1 500 niños con deficiencia mental en Staten Island en la ciudad de Nueva York y 4 000 niños nigerianos, donde la enfermedad era epidémico.

[3]​ En 1968 una versión mejorada de la vacuna contra el sarampión, desarrollada por Maurice Hilleman y sus colegas, se usó por primera vez en EE. UU.

Oficialmente se jubiló en 1967, pero continuó trabajando en la Universidad Harvard y en el hospital para niños de Boston hasta que tenía ochenta años.