A sus 80 años, completó en 2007 su quincuagesimoséptima temporada consecutiva como entrenador asistente o principal con los Nittany Lions de Penn State, récord absoluto para cualquier entrenador.
Además, con sus 46 años como entrenador en jefe, ha sobrepasado a otras leyendas, como Amos Alonzo Stagg y Bear Bryant.
Con su victoria en el Orange Bowl de 2005 ante Florida State por 26 a 23, tras 3 prórrogas, consiguió aumentar su marcador personal contra Bobby Bowden, entrenador de los Seminoles precisamente el que más victorias ha conseguido en la liga universitaria, en 7 a 1.
Penn State, que había remontado desde un 35-13 en contra hasta un empate a 35, acabaron perdiendo el partido en la prórroga.
Pocas semanas más tarde, en el último minuto del partido contra Michigan, el mismo receptor que en el partido de Iowa recibió un balón que hubiera supuesto la victoria de su equipo, pero el árbitro no dio el pase como completo, a pesar de que la repetición de la jugada volvió a demostrar que los dos pies del jugador estaban en la zona de marca.