Job es considerado un profeta en las religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo, el islam y el drusismo.
En el noajismo es considerado uno de los siete profetas (no-judíos) que Dios envió a las naciones.
[1] En los textos bíblicos, su historia es narrada en el Libro de Job, tanto en el Tanaj como en el Antiguo Testamento.
Dios concede a Satán el probar la integridad de Job, donde podía tocar sus bienes, familia, ganado, entre otras cosas menos su vida.
Terminadas las pruebas, Job continúa siendo fiel a Dios y, a pesar de todo lo ocurrido, sale triunfante (Job 42), por lo que le es restituida su anterior felicidad, con más del doble de las posesiones que antes tenía, luego tiene siete hijos y tres hijas, repartiendo su cuantiosa herencia entre todos ellos y viviendo 140 años más.