Joaquín Rucoba

Tras una breve etapa en Vergara, es nombrado arquitecto municipal de Málaga, ciudad en la que realizaría la neomudéjar plaza de toros de La Malagueta, el mercado de Atarazanas y el parque de Málaga.

Entre 1883 y 1893 vive en Bilbao, donde construye la nueva casa consistorial y el Teatro Arriaga.

En Madrid construye el Frontón Beti Jai y en Santander, el Convento de las Salesas.

En esta ciudad sería nombrado arquitecto diocesano del Obispado de Santander en 1900, y trabaja en el Palacio Episcopal y la restauración de la Catedral.

Su sepultura se encuentra en la ermita de Santa Ana del barrio laredano de Tarrueza.