Una vez dentro, la condujo a una zona aislada y la violó, antes de abandonarla posteriormente cerca del hospital.
Ferrándiz fue arrestado y sentenciado a catorce años de prisión por este crimen.
Durante su encarcelamiento, compartió su celda con otro criminal que había matado a su esposa.
Sus compañeros de trabajo lo describieron como "absolutamente normal", educado y encantador.
Estaba medio vestida, con las manos atadas y la boca cubierta con cinta adhesiva.
Su asesinato fue inmediatamente vinculado al de Rubio debido a las similitudes entre las víctimas y el modus operandi del autor.
[2][4] Ferrándiz admitió inicialmente la violación de dos mujeres, pero negó estar involucrado en ningún asesinato.
Fue acusado del secuestro, agresión sexual y asesinato de Rubio.
Además, también solicitaron que se nombrara al Estado como responsable secundario por no mantener a Ferrándiz bajo la vigilancia necesaria después de su excarcelación.