Es considerado como uno de los mejores zagueros centrales en la historia deportiva del Guaraní.
Su dilatada carrera en la selección brasileña estuvo marcada por un momento muy importante en el Mundial de 1978, en el partido contra España, Brasil corría el riesgo de no clasificarse para la segunda fase si caía derrotada.
El balón lo pateó la selección española y el defensa impidió el gol derecho.
Con el Corinthians, hizo historia al ganar el Paulistão de 1979, formando el llamado "muro negro" junto al portero Jairo, el lateral derecho Zé Maria, el defensa Mauro, el lateral izquierdo Wladimir y el centrocampista Caçapava, todos jugadores negros.
Obstaculizado por una lesión en la rodilla derecha, tuvo que someterse a una operación para extirpar los meniscos y después de la cirugía perdió su producción.