Al abrirse el Colegio Civil en 1859, figuró como catedrático de filosofía.
Hermenegildo Dávila dijo una vez que era "rígido y de carácter irascible".
Le tocó realizar el primer examen y la primera distribución de premios.
Al ocupar Monterrey los franceses, Castagny lo designó prefecto municipal el 26 de agosto de 1864, nombramiento que él fue ratificado por Maximiliano.
Héctor González lo describió como "hombre afortunado que supo estar bien con todos los gobiernos".