Jeanne Mance

Llegó allí dos años después de que las ursulinas se establecieran en Quebec.

[1]​ En total, trabajó como enfermera en Nueva Francia durante treinta años;[2]​ además, se la considera una pionera en la enfermería del Nuevo Mundo[3]​ y la primera mujer europea que llegó al continente americano.

[6]​ Jeanne Mance solía decir cuando tenía seis o siete años que se había consagrado a Dios mediante un voto de castidad.

[8]​ Decidió viajar a Nueva Francia en América del Norte, que estaba en un primer estadio de colonización francesa.

[12]​ Jeanne Mance hizo un segundo viaje a su tierra natal, en 1657, para solicitar apoyo económico otra vez.

El viaje hacia el actual Canadá fue complicado y lo dificultó la peste de a bordo, pero las cuatro mujeres sobrevivieron.

Con la ayuda de las hermanas, Mance pudo seguir manteniendo en funcionamiento el hospital; pasó más tranquila sus últimos años.

[5]​ Si bien el hospital y su casa fueron demolidos en 1696 por reformas, el trabajo continuó gracias a las religiosas hospitalarias.