En 1804, cuando Napoleón y su esposa se convirtieron en emperadores de Francia, Bonaparte creó una corte imperial y asignó varias damas de compañía a Josefina.
Adélaïde de La Rochefoucauld fue nombrada dama de honor y Emilia de Beauharnais dame d'atour, mientras que Jeanne Charlotte du Luçay, Claire Elisabeth Gravier de Vergennes, Elisabeth Baude de Talhouët, Lauriston, d'Arberg, Marie Antoinette Duchâtel, Sophie de Segur, Séran, Colbert, Savary y Aglaé Louise Auguié Ney fueron asignadas como damas del palacio.
Fue descrita por el general Durand como una mujer guapa, de buenas maneras, que evitaba dañar a sus enemigos además de una persona valiente dispuesta a alzarse y defender a aquellos no presentes cuando eran calumniados, así como una dama apropiada para el puesto: era conocido su buen gusto, siendo un icono de la moda y llevando a cabo innovaciones en el vestuario que posteriormente eran copiadas por la alta sociedad.
Cuando Napoleón se divorció de Josefina y contrajo segundas nupcias con María Luisa, Jeanne Charlotte fue asignada como parte del séquito de Branua para recibir a la futura emperatriz y escoltarla hasta Compiègne.
Su esposo recuperó temporalmente su puesto en la corte durante el periodo de los Cien Días en 1815, tras el cual el matrimonio se retiró de la vida pública.