Jean de Sperati

Cuando su familia emigró a Francia en 1909 precisamente al ser acusados de falsificación e investigados por la policía italiana, Giovanni Desperati se estableció en París y allí afrancesó su nombre a Jean de Sperati, por el cual se hizo mundialmente conocido.

La única explicación posible era que Sperati tenía razón y las estampillas eran tres falsificaciones obra del mismo autor.

Tras la guerra se reabrió su proceso en 1946, y Sperati alegó que sus falsificaciones eran un "arte de la filatelia", que no tenía intenciones de cometer estafas o fraudes, y que sus reproducciones jamás eran vendidas como "sellos auténticos", más aún porque todas las copias decomisadas por las autoridades francesas estaban firmadas al reverso por el propio Sperati.

En 1948 Sperati fue condenado por falsificación, pero debido a su edad al momento de la sentencia (64 años), no ingresó en la cárcel.

Según sus palabras, su deseo no era estafar al público con sus obras, sino ridiculizar a los "expertos", que ignoraron su obra por mucho tiempo tiempo, y a la vez, desmitificar las "rarezas" de la filatelia al punto que solía vender sus reproducciones por un valor mucho menor al de los originales, aun tratándose de ejemplares raros y costosos.

Reproducción de Jean de Sperati, sobre un sello alemán.