En 1358 fue nombrado abad de la Fécamp y parte del consejo del rey Carlos V, donde era el especialista en temas eclesáisticos, financieros y fiscales.
En 1370 el rey lo nombró presidente de la Cour des aides –una especie de consejo para temas financieros–, mientras que en 1373, el papa Gregorio XI lo ordenó obispo de Amiens y luego cardenal con el título de san Marcelo, así como su consejero personal.
En 1378 se trasladó a Roma tras la elección de Urbano VI, recibiendo duras críticas del nuevo pontífice por el lujo con que vivía.
Con el papa Benedicto XIII se unió definitivamente a la obediencia de Aviñón solicitando la abdicación del pontífice y organizando una rebelión en 1398.
Tras entrar en conflicto también con Luis de Valois murió en Aviñón.