Una vez allí, trabajó en la plantación de Papillón en las últimas décadas del siglo XVIII.
[5] En octubre del año 1791, los colonos españoles que vivían en la ciudad de Santo Domingo (en el otro lado de la isla en la actual República Dominicana) se aliaron con los negros que se habían levantado contra los franceses, proporcionando alimentos y armas a dicho ejército rebelde.
En octubre de 1791, el general negro Toussaint Louverture admitió sus contactos con los españoles, quienes les habían prometido provisiones.
Dicho juramento fue confirmado por Jean-François días después, en oficio dirigido al arzobispo dominico, Fernando del Portillo y Torres.
Sin embargo, los líderes de los antiguos esclavos dejaron claro que no apoyaban al rey español como un fin en sí mismo, sino como un medio para vengar al rey francés, primo del soberano español.
[10][11] Sin embargo, siempre existió una fuerte tensión entre Jean-François y Biassou que desembocó en un enfrentamiento armado en septiembre de 1793.
Este lugar había sido posesión francesa (Fort Dauphin) hasta que los españoles lo conquistaron en enero de 1794.
Desafortunadamente, Jean-François nunca vio la resolución del conflicto que preocupaba a sus tropas, pues ya había muerto en los primeros días del siglo XIX, quizás en 1805, totalmente olvidado por el gobierno español, que lo “premió” por su lealtad.