El Jardín del Rey (o Jardín de los Emperadores) fue un espacio verde, situado en el flanco sur occidental del desaparecido Alcázar de Madrid.
Recibía este nombre por hallarse en el mismo distintas estatuas de emperadores romanos provenientes de dos series.
[2] El jardín sería destruido como consecuencia de la ampliación de la plaza de Palacio por Carlos II hacia 1674, que supuso el movimiento de la arcada que cerraba la plaza hacia el oeste espacio que ocupaba el jardín.
En el centro de cada uno de estos cuadros se disponía una fuente formada por una pilar circular.
Por su estructura y situación se ha relacionado con su homónimo en Aranjuez, también ejemplo de la tipología conocida como giardino segreto.