Jan Verhas

Jan recibió su formación artística inicial de su padre, al igual que su hermano mayor Frans).

Al igual que Jan, su hermano Frans se convirtió en un artista de éxito.

[7]​ Entre los compañeros de Verhas en la Academia estaban el pintor holandés Lawrence Alma-Tadema y Karel Ooms.

Tras pasar unos meses en París, participó ese mismo año en el Prix de Roma belga.

Una hija nacida de su matrimonio se casó más tarde con el pintor y jurista Gisbert Combaz.

Comenzó a pasar tiempo en Heist-aan-Zee, en la costa belga, donde exploró nuevos temas y la práctica de la pintura al aire libre.

El artista se dedicó a la representación de escenas animadas que presenciaba en la zona costera: niños jugando en la playa, elegantes damas dando paseos en burro, procesiones locales, así como retratos de personajes locales.

Jan Verhas comenzó su carrera como pintor de historia en el estilo romántico belga.

Esta composición muestra a cinco niños de diferentes edades en una opulenta habitación, reunidos a un lado de una mesa negra y brillante sobre la que se encuentran varios juguetes.

Toda la composición está ejecutada con un estilo naturalista, casi fotorrealista, prestando atención a la representación precisa de los distintos materiales.

Verhas captó en esta obra con fidelidad fotográfica el espectáculo magníficamente orquestado del desfile.

Sus vestidos blancos uniformes y sus sombreros amarillo dorado dan a las niñas una sensación de unidad, mientras que sus rostros son claramente retratos individuales.

Este cuadro fue recibido en su época como un mensaje tranquilizador sobre la futura prosperidad y unidad de la nación belga.

[5]​ En el último periodo de su actividad artística, Verhas se inspiró en sus experiencias durante sus largas estancias en la costa belga.

Trabajando ''en plein air'', creó animadas escenas bañadas por el sol, ambientadas en la playa o cerca de ella.

La siesta
Paseo en burro por la playa
Niños haciendo burbujas
Después de la tormenta
El maestro pintor
El desfile de las escuelas de 1878 en presencia del rey Leopoldo II