Tras su muerte, Jaime pasaría a ser el nuevo propietario, quien debido a la estrecha colaboración que mantuvo con Alfonso V de Aragón obtuvo numerosos privilegios de la Corona.
También fue embajador de la ciudad de Orihuela después del traslado de la Corte Aragonesa a Nápoles, donde se estableció el monarca Alfonso V. Ostentando este cargo logró para Orihuela la elección de oficios por insaculación.
En 1468, el hijo y heredero de Jaime de Rocamora, Juan de Rocamora y Vázquez, tuvo un enfrentamiento con Juan de Talavera con injurias mutuas, acudiendo los deudos y parientes de uno y otro, resultando heridos tres miembros de la familia Talavera, mientras los Rocamora huyeron a Elche.
Tomó partido en estas luchas Ramón de Rocafull, señor de Albatera, dando muerte los Rocamora a un Rocafull, siendo asesinado posteriormente por esta familia el I señor Jaime de Rocamora, en 1468.
Esta enemistad entre ambas familias duraría varias generaciones.