Jaime Angel Tapies

Hasta ese momento no era tradición en Barcelona el organizar oposiciones para ocupar el cargo.El cabildo estableció la proporción que debían recibir el maestro, los infantes y los cantores, y el 23 de julio de 1600 una resolución capitular prohíbe al maestro de capilla, al dormitorero y a otros oficiales participar en procesiones de muertos, ya que su presencia continua en la catedral se consideraba imprescindible, aunque se aceptaban excepciones si el precentor o el sucentor y el canónigo más antiguo lo permitían.En 1605 el cabildo recordaba al dormitorero y al maestro de canto que debían sentarse siempre en sus asientos del coro y no solo cuando tenían que cantar, bajo pena de seis dineros.Un año después, para extirpar «los grandes absurdos que habían sucedido por atropellar los oficios en el coro», se recordaba al maestro, al dormitorero y a los cuatro domeros que debían guardar las pausas a mitad y al final de cada verso en los salmos, bajo pena de ser privados de su oficio.Poco más tarde se le nombró coadjutor de la sucentoría debido a su delicada salud.