En 1557 fue hecho prisionero por los españoles tras la batalla de San Quintín.
Para conseguir la libertad, precipita la conclusión del tratado de Cateau-Cambrésis entre Enrique II de Francia y Felipe II de España.
En marzo de 1560 lucha contra los protestantes para acabar con la conspiración de Amboise.
El 29 de julio hace lo propio con Poitiers y el 31 de agosto cae Bourges, reprimiendo toda resistencia con extrema brutalidad.
Con esto consigue separar a los protestantes del sur y a los del norte.