Jaca

La ciudad de Jaca se halla en la depresión media altoaragonesa, entre las sierras interiores del Pirineo.

El verano es la estación menos lluviosa acompañada de algunas tormentas que varían según la temporada.

Poco se sabe de su límite occidental, pero se ha sugerido que pudo estar en Navardún, término céltico que aludiría al antiguo nombre de unos extintos navarri sobre los cuales surgió luego el topónimo Navarra.

[10]​ Iaca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba la actual Jacetania y la Canal de Berdún Excavaciones arqueológicas dentro del casco urbano han descubierto en el nivel más profundo fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica», así como cerámica campaniense de tipo A.

[11]​ Existe una hipótesis alternativa, menos plausible, postulada en el siglo XVI por el cronista imperial Florián de Ocampo —y que decía haber explicado Alonso de Nebrija—, que afirma que Jaca fue fundada por el capitán griego Dionisio Baco —de sobrenombre Yaco— en el año 1325 a. C.[12]​ En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Porcio Catón inició la conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A finales del siglo III a. C. y comienzos del II a. C., los iacetanos habían efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suesetanos afincados en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo habían hecho impunemente.

[13]​ Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III.

[15]​ A la muerte en 1035 del rey de Pamplona Sancho Garcés III, apodado el Mayor, este deja escrito el reparto de sus extensos dominios a sus diferentes hijos.

La ciudad se consolidó como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una hipotética invasión francesa.

[19]​ La epidemia de peste negra que asoló el levante peninsular a mediados del siglo XVII —cuyos primeros brotes surgieron en Valencia en 1647— ocasionó una mortandad entre la población de Jaca del 42 %.

Por ello, en 1707 fue asediada por aliados del Archiduque Carlos y socorrida por el marqués de Salutcio, a cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo numerosos prisioneros.

A comienzos del siglo XX, en 1903, el viajero francés L'Ours Dominique (seudónimo) visita Jaca y ofrece una impresión romántica de una ciudad amurallada, militar y religiosa: Cinco años después, en 1908, la ciudad experimentó notables cambios urbanísticos y demográficos, motivados en buena medida por el derribo de la muralla medieval que la oprimía.

Al mismo tiempo se organizaron dos columnas dirigidas por el capitán Fermín Galán y Salvador Sediles que partieron hacia Huesca.

La sublevación fue sofocada en la madrugada del día siguiente y el 14 de diciembre fueron fusilados los capitanes Galán y García Hernández, mientras que el capitán Sediles, también condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares.

Primera capital del reino de Aragón, primera que aclamó a Ramiro II el Monje, primera que se sublevó a favor de la república, cuando se hizo famosa su calle Mayor, la misma ruta que cantó Miguel Fleta en ritmo de jota.

En el censo de 1495 tenía unos 700 habitantes, duplicando su población para mediados del siglo XVII.

Hoy la estación cuenta con servicios de media distancia procedentes o con destino a Zaragoza y Canfranc.

A los pies del templo se sitúa un pórtico, de aire primitivo y abovedado en cañón, en el que se abre la portada principal, de elegante estructura, y con un tímpano que encierra un crismón.

La catedral alberga en su interior el Museo Diocesano de Arte Románico, inaugurado en 1970.

En él se expone un gran fresco, calificado a veces como «la Capilla Sixtina del Románico», que resume el catecismo en imágenes, desde la creación de Adán hasta la Ascensión de Cristo.

La ermita de San Cristóbal, emplazada a la entrada de Jaca, es una sencilla construcción de una sola nave y su interior alberga un retablo presidido por el titular, San Cristóbal; fundada por Francisco Villanúa en 1776, sustituyó a otra anterior —conocida como San Cristóbal el Viejo— situada en la orilla opuesta del río.

Es una torre de planta rectangular, construida con piedras irregulares y gran esbeltez.

En sus dependencias se encuentra el «Libro de la Cadena», del siglo XIII.

Edificado en el siglo XIX, es un fuerte fusilero artillado concebido como parte de la red defensiva que se pretendía construir de forma paralela a la línea internacional del ferrocarril a Canfranc.

[38]​ El Libro de la Cadena, el más interesante y conocido manuscrito del archivo municipal de Jaca, contiene los privilegios, estatutos y documentos más importantes otorgados a la ciudad.

[41]​ Más arriba del monasterio viejo, se alza el monasterio nuevo de San Juan de la Peña o simplemente el «nuevo», finalizado en 1714; sigue las pautas arquitectónicas del estilo barroco, y posee diversas dependencias dispuestas en torno a una gran plaza y dos claustros.

En los alrededores de Jaca se pueden practicar diversas actividades al aire libre, tales como el senderismo.

También se pueden realizar actividades de escalada o montañismo, al estar situada en pleno Pirineo.

Asimismo, ha presentado la candidatura para los Juegos Olímpicos de invierno en cuatro ocasiones: 1998, 2002, 2010 y 2014.

Las tripas del cordero sirven para la elaboración de las «chiretas», muy populares en toda la montaña aragonesa.

En Jaca se suele decir que cada uno de sus habitantes lleva un ilicitano y una palmera en su interior.

Retrato idealizado de Galindo II Aznárez , conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920
Catedral de Jaca , cuya construcción se inició hacia 1082
Vista aérea de la Ciudadela de Jaca
Casa La Rubia
Ayuntamiento de Jaca
Estación de autobuses
Interior de la catedral de Jaca
Iglesia del Carmen (siglo XVI )
Ciudadela de Jaca
Puente medieval de San Miguel, sobre el río Aragón
Claustro del Monasterio de San Juan de la Peña