Isidro de Villoldo

Tiene numerosas obras en la provincia de Ávila, Toledo y Andalucía.

Se distinguió por la sencillez de sus formas y sus composiciones, acercándose más a la parte italianizante de su maestro que a la parte barroca, y con un dominio claro en toda la técnica del tallado, tanto en madera como en alabastro.

Se cree que Villoldo labró los treinta y cuatro plafones de nogal bajo el guardapolvo, dejándolos casi concluidos para que el maestro Berruguete diera el último toque de gubia.

[3]​ También en esta ciudad de Toledo, en la portada principal del Palacio episcopal, sobre el arco y en los extremos del entablamento se encuentran talladas dos parejas de ninfas sosteniendo el blasón heráldico del cardenal Tavera, que fueron talladas por Isidro de Villoldo.

Muerto de forma repentina sin llegar a rematar este retablo, la continuó un insigne escultor salmantino, Juan Bautista Vázquez el Viejo, que se desplazó a la ciudad, acompañado por sus colaboradores entre los que figuraban su hijo Juan Bautista Vázquez el Mozo y Jerónimo Hernández; le apoderó Francisca Blázquez, viuda del escultor Isidro de Villoldo.

Llanto sobre Cristo muerto de Isidro de Villoldo. Capilla de San Llorente del Museo Catedralicio de Valladolid .
Calvario (1550-1560). Cartuja de Sevilla .
Milagro de San Cosme y San Damián . Museo Nacional de Escultura , Valladolid.