Isidro Sala Ribera

En la diócesis de Solsona sirvió pastoralmente en las parroquias de La Coromina (Cardona), Valldeperes (Navás), Balsareny y Salipota (Suria).

Durante esa etapa, colaboró con la fundación del monasterio de Carmelitas Descalzas y la construcción de las casas de retiro espiritual en San Jerónimo y de La Laguna a Pacucha.

También impulsó la construcción del asilo para ancianos, la casa parroquial y muchas iglesias de los pueblos de su jurisdicción.

Durante su episcopado destacó por su labor misionera con visitas asiduas a las comunidades de la diócesis, suscitó múltiples vocaciones sacerdotales, religiosas y de fieles laicos decididos a santificarse en medio del mundo.

En 2010 fue distinguido por la Conferencia Episcopal Peruana con la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo como reacción al trabajo realizado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, encargada de evaluar los efectos del terrorismo en el Perú durante veinte años, que señalaba la diócesis de Abancay como una de las que supuestamente no habían defendido los derechos humanos.