Isabel de Saavedra

Maganto Pavón aportó además 31 documentos nuevos e inéditos sobre la hija de Cervantes que desmienten muchas teorías y aclaran sus orígenes.

En la época en que fue concebida, su madre era una mujer casada con el tabernero Alonso Rodríguez, a quien el escritor conoció poco después de haber retornado de su largo cautiverio en Argel en 1580.

Parece poco probable que así mismo influyera su compromiso matrimonial con Catalina de Salazar, en su decisión de no reconocer a su hija quince años después.

En 1598 fallece su madre a los 36 años, quedando ella y su medio-hermana Ana solas.

Más de un año después Cervantes asume su responsabilidad como padre, reconociendo a la joven cuando ya tenía quince años y reclamándola a través de su hermana Magdalena, que la puso a su servicio y le dio su segundo apellido, Saavedra, razones que pueden explicar en parte el tenso vínculo que hubo entre los dos.

"Todo esto lo sabía su hija y nunca se lo perdonó.

El 27 de junio de 1605, tuvo lugar una pendencia a la altura del puentecillo existente en el río Esqueva, frente a la vivienda que ocupaban Cervantes y familia, en la que un tal Gaspar de Ezpeleta sufrió graves heridas, siendo atendido por todos los residentes en el inmueble.

Como consecuencia de ello, el alcalde de la ciudad, Villaroel, mandó llevar a las dependencias municipales a todos (excepto a Catalina que en esas fechas se hallaba, transitoriamente, atendiendo a su hermano Francisco de Salazar y Palacios, en el Lugar de Esquivias) los que en dicho edificio vivían, para tomarles declaración.