A las afueras del pueblo se levanta la construcción más antigua, el palacio Dorrea.
Casa torreada, adscrita a un linaje del Valle, de planta cuadrada, construida en piedra con vanos rectos y ojivales, data del siglo XV.
La bóveda es de crucería simple, tiene tres tramos y sobre el crucero se levanta una cúpula rebajada.
El retablo mayor, barroco, del siglo XVIII, con columnas y pilastras corintias de gran tamaño, presenta banco, cuerpo con cinco calles y ático.
Fue donado por los hermanos Pedro Francisco y Tomás de Goyeneche.
El retablo del lado de la Epístola, también dieciochesco, presenta una Virgen sedente flanqueada por sus padres, san Joaquín y santa Ana.