Intento de consagración del Perú al Sagrado Corazón de Jesús
[3] Clemente Palma, a través de la revista Variedades, manifestó su oposición escribiendo que: "No debemos jugar con fuego.A pesar de que el artículo tenía por intención reducir las tensiones provocadas, estas siguieron aumentando.Hasta el momento, el nuncio había tenido conversaciones tanto con Leguía como Lisson, quienes aseguraron que el acto se desarrollaría sin incidentes.[1][3] Entre los manifestantes reunidos se encontraban liberales, masones, anarquistas, izquierdistas, opositores a Leguía, personas de credo protestante y afiliados al YMCA.[3][6] Tras un mitin, los manifestantes se dirigieron a la plaza mayor de Lima dividiéndose en dos grupos.[4][7] Ante esto, se convocó un paro general, que fue acatado de forma parcial.[4] El 24, los cuerpos de los manifestantes fallecidos fueron velados en la UNMSM, siendo luego trasladados en una comitiva hacia el cementerio.A la par, estudiantes y obreros recorrieron las calles bajo el grito de "¡Muerte al arzobispo!"