[1] La teoría de la integración social fue duramente criticada por las políticas ladinizadoras, que pretendían una asimilación forzosa del indígena a una “cultura nacional” ladina.
[3] El Acta final del Congreso de Pátzcuaro fue firmada por todos los países representados.
[3] Sin embargo, para 1940 el gobierno guatemalteco expresaba oficialmente que en Guatemala no había problema indígena.
[9] Durante sus años de gestión, el Instituto Indigenista Nacional se dedicó principalmente a las investigaciones científicas que tuvieran aplicación inmediata a la solución de problemas en que estuvieran involucradas las culturas indígenas.
[12] Publicó además la revista trimestral “Guatemala Indígena”, conocida en los primeros trece números como “Boletín del Instituto”.
Finalmente, el Instituto Indigenista Nacional, realizó varias actividades de promoción social, incluyendo iniciativas de ley para proteger las costumbres indígenas, o legalizar sus prácticas, como el matrimonio tradicional.
A lo largo de su historia “los dirigentes no sabían concretamente qué hacer”, según un informe presentado por el Instituto Indigenista Interamericano.
El IIN contó siempre con un presupuesto muy reducido, lo que limitó a su vez su capacidad de ejecución.
Según datos proporcionados por una comisión del Instituto Indigenista Interamericano, para la década de 1970, lo único que hacía el Estado era “sostener los sueldos del personal y dejar apenas unos veinticinco mil quetzales para gastos de oficina y los llamados “trabajos prácticos”".
Se pretendía abogar por un disfrute generalizado de los beneficios del Estado por tanto indígenas como ladinos.