Temiendo que la enfermedad llegara a la capital del Estado, el gobierno convocó al Instituto Bacteriológico para intentar resolver el problema.
Las serpientes venenosas se transformaban en un gran problema que, en conjunto con la peste bubónica, atentaba contra el desarrollo paulista.
Vital Brazil, consciente de toda esa problemática, en concomitancia con los estudios sobre la peste, inició sus investigaciones sobre el ofidismo, tema que por entonces era muy poco conocido.
En viajes que hizo, principalmente a Estados Unidos, demostró la eficacia del suero antiofídico, la fama de Vital Brazil recorrió el mundo.
Durante varios años, sin embargo, el Instituto Butantan funcionó en toscas dependencias, contando con un cuerpo de empleados bastante exiguo.