[1] Por eso, el primer artículo de la constitución proclama que «Francia es una república indivisible, laica, democrática y social».
Tal concepción rechaza toda organización de tipo federal del Estado.
El ejercicio del poder se hace en su nombre, y su legitimidad resulta de su voluntad expresada en el sufragio universal.
Esta inestabilidad se debía a la predominancia del Parlamento en el sistema jurídico de las Segunda y Tercera Repúblicas,[11] elegido mediante voto proporcional, lo que favorecía el multipartidismo.
El derecho a la disolución del Parlamento existía, pero en práctica no se lo utilizó.
Así después de la disolución por Mac-Mahon en 1877, ningún presidente volvió a utilizarlo.
Bajo la Cuarta República, el Presidente del Gobierno tenía el poder de disolución, pero había condiciones restrictivas para utilizarlo, así que esas condiciones solo fueron reunidas una vez, en 1955, única disolución del periodo.
El problema argelino acarreó fuertes divisiones políticas, así, no había consenso en la Asamblea Nacional para aprobar un gobierno.
Frente a la urgencia, los diputados nominaron Pierre Pfimlin el mismo día para formar un gobierno.
[13] Se habla de la "zona reservada", aunque nada en la Constitución le da este papel prominente.
[14] Sin embargo, ese artículo no introduce un peligro dictatorial, porque solo se trata de una concentración temporal de los poderes para salvaguardar la democracia y restaurar el funcionamiento del gobierno, tan pronto como sea posible.
Nunca puede revocar al gobierno, en teoría es el primer ministro quien propone su renuncia, y el presidente la acepta o no.
Pero cuando su partido tiene la mayoría parlamentaria, el presidente puede elegir los ministros que desea y revocarlos en cualquiera momento.
Establece las orientaciones generales de esa política, y el primer ministro solo aplica el programa presidencial.
El Parlamento representa el pueblo mediante dos misiones: adoptar leyes y controlar la acción del gobierno.
No es un régimen de asamblea en el que las cámaras tienen un poder ejecutivo, pero más bien un régimen parlamentario, aun si en realidad, el Parlamento tiene poco control sobre la política del gobierno.La principal función es discutir y adoptar leyes propuestas por el gobierno o parlamentarios.
La asamblea nacional puede derribar el gobierno, aun si solo ocurrió una vez en la historia de la Quinta República.
Sesenta o más diputados pueden llamar al Consejo constitucional para que examine si la ley adoptada es en conformidad con la constitución.
También se prohibió la pertenecía al Parlamento europeo y a otros puestos en la administración pública.
No es posible para las empresas contribuir a las campañas y las donaciones individuales están limitadas.
Se presentan en la segunda ronda los candidatos que tuvieron al menos el 12,5% de los votantes registrados.
Los candidatos se agrupan en las listas que contienen tantos nombres como los escaños, con alternancia de hombres y mujeres.
En 2011, 168 escaños del Senado se adjudicará al sistema de dos rondas y 180 por representación proporcional.
También garantiza que las leyes cumplan con los derechos fundamentales y las libertades de los ciudadanos.
Desde 2008, los ciudadanos franceses pueden solicitar la revisión judicial de las leyes si creen que violan sus derechos y libertades (como era el caso en otros países desde hace mucho tiempo).
En la década de 1960, Vincent Auriol y René Coty, ambos expresidentes en la IV República, formaron parte del Consejo.
[18] Hay condiciones que garantizan la imparcialidad de los miembros del consejo constitucional.
Los miembros del Consejo también están sujetos a las mismas incompatibilidades que los parlamentarios profesional.
Además, no pueden tener un puesto de dirección en empresa privada o nacional (igual que los parlamentarios) ni en una organización política.
Con esta autonomía, es posible tomar en cuenta la variedad de las situaciones locales para llevar soluciones adaptadas.