Todos los insectos acuáticos provienen de antepasados terrestres, con un sistema de respiración para tomar el oxígeno del aire y cuando entraron al medio acuático, tuvieron que realizar modificaciones profundas en su anatomía y fisiología.
Encontraron un ambiente libre de competencia en las aguas interiores dulces, que permitieron su diversificación, pero no fue lo mismo en el mar, allí solo marginalmente alcanzaron a llegar.
En este último ecosistema, los nichos estaban ya ocupados por otros artrópodos, especialmente crustáceos.
Los primeros tienen que subir a la superficie frecuentemente, y los segundos pueden permanecer indefinidamente sumergidos.
[2][3] En la mayoría de las especies la etapa adulta alada, es la más corta, y se concentra en la reproducción, por lo general el apareamiento se da cerca de los cuerpos de agua, y su desenlace está sujeto a las condiciones ambientales, especialmente a la temperatura del agua y del aire, al igual que la humedad relativa, el viento, etc.
Un tercer grupo utiliza señales ya sean sonoras al vibrar partes de su cuerpo o producen feromonas.