Los inmunoestimuladores son sustancias (fármacos y nutrientes) que estimulan el sistema inmunitario induciendo activación o aumentando la actividad de cualquiera de sus componentes.
Un ejemplo notable incluye al factor estimulante de colonias de granulocito y macrófagos, disponible comercialmente bajo el nombre Leukina.
Por ejemplo, las hormonas sexuales femeninas son conocidas por estimular respuestas inmunes tanto adaptativas[1] como innatas.
[2] Algunas enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso atacan de manera preferente a las mujeres, y su comienzo a menudo coincide con la pubertad.
También aparecen otras hormonas para regular el sistema inmunitario, más notablemente la prolactina, la hormona del crecimiento y la vitamina D.[3][4]