La inmigración portuguesa en la India comenzó cuando el país se consolida como nación independiente, separándose del Imperio Británico.
Se convirtió en uno de los primeros europeos en pisar territorio indio, sin embargo, no fue el primero, ya que Marco Polo cita a la India en su libro de las Maravillas y mucho tiempo antes, Alejandro Magno, ya se había adentrado en territorio indio según el libro "Indika" escrito por el griego Megástenes.
Así es que la convierte en capital del Virreinato portugués de Asia que incluía a la India, a Malaca, Indonesia, Timor Oriental, el golfo Pérsico, Macao en China y las bases comerciales en Japón.
Como capital del virreinato, Goa recibió los mismos privilegios cívicos que ostentaba Lisboa.
Contaba con una cámara municipal que mantenía comunicación directa con el rey y tenía además un representante especial para atender sus intereses en la corte lusitana.
El Imperio Portugués declaró el catolicismo como religión oficial y los habitantes que fueran renuentes a convertirse tendrían la opción de abandonar la colonia.
[8] La mayoría reside en la India,[9][10] mientras que otros se han instalado en Pakistán, África (principalmente en Tanzania, Kenia y Uganda), países del Golfo Pérsico, Oceanía, Canadá, Estados Unidos y Europa (Reino Unido, Austria, Alemania e incluso Portugal).