[cita requerida] En el siglo XIX durante la intervención francesa, la inmigración, en adición a los efectivos militares invasores, fue incrementada.
Estos refugiados franceses también se asentaron en la Región Huasteca (San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas), y en la Sierra Norte de Puebla.
Hay otros migrantes destacados provenientes de Alto Saona y Borgoña.
[6] Francia fue una las naciones en que reconoció a México como nación independiente en 1821, desde aquel momento fue una de las primeras naciones en establecer una embajada y ampliar las relaciones comerciales con los puertos mexicanos, en especial para fomentar la llegada de inmigrantes; sin embargo, la mayor parte de estos solo tomaron el territorio mexicano como un puente para dirigirse a Estados Unidos o Canadá, y fueron pocos los franceses dispuestos a colonizar territorios nuevos.
[7] En 1821, señala Jean Meyer, llegaron los primeros Barcelonnettes a México, que provenían de los Alpes.
Las tropas francesas se dirigían a la capital; Lorencez marchó hacía Orizaba, donde recibió refuerzos de L'Herillier y Gambier.
Francia envío 30 000 soldados suplementarios bajo el mando del general Forey.
Los generales González Ortega, Escobedo y Negrete fueron enviados prisioneros a Francia, pero lograron escapar en el trayecto.
En 1885, se instala la compañía francesa amparada en una concesión que le otorgó el presidente Porfirio Díaz por 50 años para explotar los yacimientos cupríferos.
Con el establecimiento de la compañía minera francesa nace propiamente Santa Rosalía.
En 1957 el gobierno mexicano reinicia la explotación minera que concluye en 1972 al haberse agotado los yacimientos de cobre.
Los franceses tomaron la delantera para exportar palo de tinte al Continente Europeo, familias de inmigrantes galos se establecieron en la isla logrando dominar toda la región, construyeron una arquitectura muy propia que le dio imagen afrancesado a Ciudad del Carmen, Palizada y Champotón.
En 1887, el empresario francés Clemente Jacques, después de importar y comercializar diversos artículos como el juego de lotería, naipes, granos, semillas y alimentos enlatados, decidió instaurar la primera fábrica procesadora de alimentos en México, que se convirtió en la empresa pionera de la industria de conservas en América Latina bajo el nombre Clemente Jacques, primero iniciando a producir chiles jalapeños enlatados, y después, a producir otros alimentos enlatados, tales como frutas en almíbar, patés, aceitunas, salchichas, verduras, atún, entre otros.
Como una gran obra de teatro que en tres actos resume, expresa y presenta al espectador la historia, cultura e identidad de un pueblo, revividos y encarnados por sus propios habitantes.
Para su representación, se forman diversos batallones que darán vida a ambos ejércitos.
El ejército invasor se compone de zuavos, turcos y zapadores; mientras que el victorioso ejército mexicano está conformado por los criollos, y un batallón humilde de voluntarios zacapoaxtlas, sin entrenamiento.
Desde entonces los lasallistas trataron de fundar una universidad, pero como primeros pasos se fueron instalando escuelas en Puebla, Toluca, Torreón, Monterrey, y en diversas localidades del país.
Los líderes lasallistas tomaron como modelo institucional al Manhattan College de Nueva York.
La Universidad La Salle no se encuentra ligada a la Iglesia católica o al Vaticano, su control lo ejercen los Hermanos de las Escuelas Cristianas (hermanos lasallistas), su modelo es el más cercano al predominante en las universidades católicas latinoamericanas.
En 1874, los miembros de la comunidad fueron reubicados en la otra orilla del río, en San Rafael.
Con la ayuda del general Carlos Arellano Tapia, poco tiempo después fundaron en los terrenos adquiridos por Rafael Martínez de la Torre sobre la margen izquierda del río Nautla, (comprendiéndose la zona entre Paso de Telaya, Zopilotes (hoy San Rafael), Ojite y Mentidero) el primer asentamiento conocido en aquella época como Zopilotes.