Al llegar a Veracruz, la noche de ese mismo día, y contrario a lo sucedido en otras partes del país, los Díaz fueron recibidos con banquetes, cenas, bailes y fiestas en su honor.
Tras fijar su residencia en París, los Díaz solían marcharse a Biarritz y San Juan de Luz, en la costa francesa, durante el invierno.
En esta última, Díaz fue retratado en una fotografía propiedad del Archivo General de la Nación.
El 2 de julio, finalmente, ya había perdido la palabra y la noción del tiempo.
Cuando Carmen Romero Rubio volvió al país en 1931 dejó sus restos en Francia.
[8] En el siglo XIX hubo una gran emigración predominantemente masculina de Barcelonnette hacia México.