[2] El infarto renal se caracteriza por un proceso isquémico que debe a la oclusión arterial por una émbolo o trombosis vascular.
[1] La sintomatología es bastante inespecífica, aunque la mayoría de los casos empiezan con un dolor profundo y súbito en la fosa renal.
También puede presentar náuseas, vómitos, fiebre, leucocitosis, hematuria, y elevación marcada de la deshidrogenasa láctica (LDH).
En mayoría de los casos se compromete el riñón izquierdo aunque a veces es bilateral.
[3][2][4] Infarto renal presenta en pacientes con diferentes comorbilidades como aterosclerosis y fibrilación arterial donde puede llegar a tener una mortalidad de 25%.