El gobierno chino, además, estaba más preocupado por sofocar la Rebelión Taiping que por acceder a las demandas de los occidentales.
[10] Como se demostró con posterioridad, el Arrow era un barco pirata, empleado sobre todo como almacén flotante de productos robados.
[5] Los piratas chinos habían contrataron a un piloto irlándes, Thomas Kennedy, como supuesto capitán del Arrow.
Posteriormente se supo que nada de esto era cierto: la matrícula del Arrow en Hong Kong estaba caducada y navegaba con colores falsos, y diversos testigos (tanto chinos como un marinero portugués[5]) afirmaron que en el Arrow no ondeaba la bandera británica cuando fue abordado.
[11] También se supo con posterioridad que todo esto era conocido por Harry Parkes, el cónsul británico, y por Sir John Bowring, el gobernador de Hong Kong, quienes no obstante usaron el "incidente" como excusa para declarar la guerra a China.
[11] Al tiempo, Parkes usó el testimonio de Thomas Kennedy, el supuesto capitán del Arrow, para inflar la gravedad de la situación: pese a haber estado ausente durante el Incidente, Kennedy afirmó que los chinos habían ultrajado la bandera británica, arrancándola y pisoteándola.
Para noviembre de 1856, la ciudad estaba siendo asaltada, y la segunda guerra del Opio había comenzado.
[12] En un primer momento, la opinión pública británica apoyó las acciones de Parkes, creyendo la historia del ultraje a la bandera.
En la guerra que siguió, a Gran Bretaña se le unieron Francia, Estados Unidos y Rusia.